Enercluster reunió ayer en la sede de Naitec a más de cincuenta profesionales para poner en común los retos que supone la electrificación del transporte pesado por carretera, clave para alcanzar los objetivos de descarbonización fijados para 2030. La conclusión tras la jornada es clara: los avances tecnológicos han sido increíbles en los últimos años, pero la velocidad de la transición de diésel a eléctrico vendrá dada por la viabilidad económica de los proyectos.
La tecnología está preparada
«Hace diez años una jornada como esta era impensable. En los últimos 4 años se ha duplicado la autonomía de los vehículos y ha disminuido notablemente el tiempo de recarga. Imagina dónde estaremos de aquí a 4 años». Así expresaba
Jorge Ríos, CEO de Etecnic, empresa especializada en el servicio 360 de instalaciones de puntos de recarga, la vertiginosa evolución de la tecnología de baterías para camiones y cargadores eléctricos, así como el aumento de puntos de recarga instalados. En la misma línea, Laura Marcos, key account manager de Ingeteam, fabricante de puntos de recarga, explicaba que hace unos años hablar de cargadores para camiones era impensable y sin embargo hoy son una realidad y ya se están diseñando cargadores de más de 1 MW de potencia”. En cuanto a disponibilidad de modelos eléctricos, se comentó que cada vez es mayor aunque no sólo va a haber soluciones eléctricas como recordó Sergio Jerónimo Miranda, eMobility Expert de la compañía fabricante MAN Truck & Bus, “la descarbonización del transporte es un objetivo ambicioso que requerirá de un mix de soluciones tecnológicas entre las que el vehículo eléctrico destaca como la principal”.
Proyectos sostenibles… y económicamente viables
Uno de los aspectos más comentados durante el evento fue la rentabilidad de este tipo de camiones. Javier Avello, director Comercial y de Proyectos estratégicos de Grupo Lodisna, explicó que «introducir un camión eléctrico supone un reto operativo y económico que debe abordarse de una forma completamente diferente a cómo lo haríamos con un diésel. Debemos utilizar una perspectiva de proyecto y evaluar una serie de variables que no se tienen en cuenta al realizar un planteamiento con un camión diésel”. Avello explicó la experiencia de Lodisna operando las 2 tractoras eléctricas de su flota, de las cuales una de ellas está en producción desde hace un año y medio. “La clave es planificar muy bien la operativa para maximizar el kilometraje y el rendimiento”, comentó.
Una gran ventaja de los vehículos eléctricos es el precio de la electricidad y que, como recordó Miranda, “se pueden alcanzar acuerdos por un precio fijo de la electricidad durante meses, lo que asegura que no haya variación en el precio de la energía necesaria, algo que sí puede ocurrir en un camión diésel». Ríos por su parte destacó la posición privilegiada de España con gran cantidad de energía renovable muy barata, “tenemos la gran oportunidad de combinar movilidad eléctrica con autoconsumo y comunidades energéticas” declaró el CEO de Etecnic.
Navarra es, junto con Madrid y Barcelona, una de las zonas donde la movilidad eléctrica avanza con más fuerza. En este sentido, los ponentes destacaron las oportunidades que se presentan en un sector tan relevante como el de transporte pesado por carretera, que pese a ser muy inferior en unidades al de turismos, “podrá alcanzar hasta el 33% del volumen de negocio en la movilidad eléctrica debido al gran consumo de energía”.
Todos los ponentes coincidieron en que este proceso es imparable porque los objetivos ya están fijados pero que, para que sea un éxito, debe ser rentable. La clave, comentaron los expertos, es fomentar la demanda de soluciones de descarbonización de las operaciones logísticas por parte de los clientes finales y esto sólo se conseguirá si negocio es positivo para todas las partes.